Gritos que no paran
platos que se rompen
golpes que retumban
un niño que se esconde.
Oculto bajo una cama,
solito como ratón,
llora sin hacer ruido,
el dolor de su corazón.
Tapona sus oídos,
con sus pequeñas manos
solo escucha su interior
gritando desconsolado.
Despacio abre sus manos,
vuelve a oír los sonidos,
ya nadie grita ni insulta,
ya nadie está enfadado.
Con cuidado sale del cuarto,
con miedo a que le peguen
silencio solo a su paso
silencio lo que más teme.
A lo lejos un coche arranca
chirrido oye de ruedas,
de prisa sale rodando
y allí ya nadie se queja.
El peque sigue su paso,
llegando hasta el salón
allí sentada en el suelo,
su madre llora de dolor.
El nene se acerca preocupado
la abraza con cariño y amor
su madre le empuja lejos,
le mira con odio y dolor.
"Aléjate pequeño demonio,
por tu culpa así estoy yo,
maldigo que seas su sangre,
maldigo que te pariera yo."
El niño se alza del suelo,
sin dejar de mirar a su mamá,
se vuelve y se acerca a ella,
y sin decir nada la vuelve abrazar.
"Mi mami, mi mamita linda,
que pena que me odies así
si yo no existieras
seguro serías mas feliz."
Su madre sin decir nada
pues nada tiene que decir
solo lo abraza muy fuerte
y suplica morir.
MagdaC.
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